miércoles, 19 de octubre de 2016

“Sumando ausencias” el oportunismo de la oportunidad



“Sumando Ausencias” es una obra de la artista colombiana Doris Salcedo que se gesta como voz de descontento después del plebiscito y durante una de las semanas más agitadas de la historia colombiana que comenzó con un resultado totalmente inesperado en las urnas y terminó con un premio Nobel de paz.

En esta tormenta política perfecta la artista que en el año 2.007 con su obra acción de duelo en homenaje a los 11 diputados del valle asesinados iluminó la plaza de bolívar con 25.000 velas, propuso llevar a cabo una acción colectiva de dimensiones quijotescas.

Escribir en 1.900 telas de 2.50 metros por 1.30 metros los nombres de victimas del conflicto con ceniza para luego ser cosidas todas a mano con aguja e hilo durante un día en la plaza de bolívar por más de 3.500 participantes voluntarios que tenían que seguir indicaciones sencillas pero estrictas con el propósito de lograr un producto final organizado.

La logística de la obra se concibió y se organizó en tiempo record y en dos etapas. La primera comenzó el 6 de octubre con las telas y los nombres con ceniza en la universidad nacional, para que 5 días después se llevara a cabo el ejercicio colectivo en la plaza. 

Se hizo una convocatoria abierta para que las personas que quisieran vincularse a la actividad que llamaron “una acción de paz”, en un momento donde el país desde los diversos ámbitos sociales clama por resolver el conflicto interno y la gente quiere de una u otra forma movilizarse, ésta propuesta logró canalizar ese descontento y ese sentimiento de frustración de muchos participantes, entre esos yo.



Durante todo el día miles de personas llegaron y de acuerdo a sus posibilidades enhebraban hilos, repartían y recogían agujas o cosían. El ambiente al interior era de impecable colaboración y podían verse los muy diferentes tipos de participantes: estudiantes, campistas, indígenas, turistas, artistas, amas de casa, trabajadores de oficina etc. Que desprovistos de prejuicios acudieron a hacer parte de este proyecto en una #AcciónDePaz como estaba escrito en las camisetas de los coordinadores del evento.

La plaza de bolívar se convirtió en un costurero gigante. Y mientras las personas compartían conversaciones entre conocidos y desconocidos, rodeado de muchos curiosos, reporteros y fotógrafos. Mientras daba las puntadas que unían cada unos de los nombres de ceniza sobre cada una de las telas pensaba en la fuerte relación que tienen los verbos: coser, unir, tejer y sanar.

El clima fue propicio en un mes donde suele llover fuertemente y eso permitió que poco a poco se fue vistiendo la plaza de blanco, y para el final de la tarde bajo un cielo mesiánico casi producido con intención, quedó el registro de una imagen contundente para la historia del arte colombiano.

Sin embargo el hecho de haber tenido que desplazar a unos campistas por la paz que se habían asentado en la plaza  ocho días antes hasta que se lograra un acuerdo de paz, produjo serios cuestionamientos sobre la ética y el ego de la artista.


Además de los reparos de quienes consideran que Doris Salcedo es una mercader del dolor de las victimas utilizando su voz para denunciar y lucrarse pero nunca para buscar una reparación en ellos, las victimas.

Entre más contundente es una obra más aristas y cuestionamientos va a suscitar, pero llevar a cabo, es decir, el sólo hecho de poder hacer realidad este trabajo ya es mérito suficiente; No sólo por la logística y producción que implica sino por la acogida en la gente que tiene Doris Salcedo siendo una artista contemporánea.

Durante los treinta o más años de trabajo artístico denunciando la violencia del conflicto del país, ha logrado llevar al común de la gente las inquietudes y practicas del discurso del arte contemporáneo como ningún otro artista en Colombia, canalizando el sentimiento colectivo en trabajos que logran conmover a casi todos.


Muchos consideran oportunismo el hecho que Doris este siempre al acecho de los acontecimientos políticos del país, pero otros consideran que es un válido patrón de trabajo, ya que ser oportunista todo el tiempo es el trabajo de quienes trabajan con lo político, con lo público; donde el oportunismo no es otra cosa que la búsqueda de la oportunidad, o sea la búsqueda de lo oportuno.

¿Tendría acaso la misma importancia y acogida esta obra de haber ganado la opción del SI en el plebiscito?

¿Habría podido llenar la plaza de veladoras de no haber sido asesinado los 11 diputados en el 2.007?

¿Habría podido hacer la intervención de las rosas de no haber sido asesinado Jaime Garzón?

La obra de Doris Sumando Ausencias es una llamado desde el ámbito artístico  que se suma a los muchos más actos políticos, estudiantiles y de opinión que encarnan el deseo de la mayor parte de los colombianos de poder vivir en un país donde no se maten unos a otros porque si.

Queda para la historia la imagen de una obra contundente, obra entendida como el lugar donde se realiza un proyecto mas que como el resultado material de éste, una imagen que hace tangible un sentimiento colectivo y será el destino final donde decida la artista que repose éste resultado final el que nos dirá las verdaderas intenciones que tuvo ella desde el principio.





miércoles, 1 de julio de 2015

La “Reconciliación” que Bogotá necesita





La ciudad se encuentra estancada en su desarrollo urbano y necesita una urgente y profunda  renovación urbana; Bogotá necesita  entender la oportunidad que significa la construcción del “metro” para trasformar y renovar urbanamente la ciudad. Renovación que le permita solucionar el caos en  movilidad y que le permita liberar y adecuar espacio público para poder construir en altura. Porque para construir en densidad y en altura no basta con cambiar simplemente la norma.

Y como Bogotá carece de esa avenida de carácter monumental que tienen las grandes ciudades como los Campos Elíseos en París, como la Avenida 9 de Mayo en Buenos Aires o la Avenida Reforma en Ciudad de México; hoy podemos aprovechar y trasformar la antigua Avenida Caracas en el “Paseo Reconciliación”, un proyecto de renovación urbana ambicioso que podría posicionar a Colombia como una nueva nación prospera en paz  y reconciliada, para así darle a Bogotá esa gran avenida que no tiene y que necesita.

La Avenida Caracas ha sido durante la historia moderna de Bogotá la más importante de la ciudad como eje conector. Hacia los años 40 era un boulevard de grandes árboles entre casas y mansiones que a lo largo del tiempo se ha venido trasformando; actualmente el escaso ancho o perfil de la avenida es insuficiente y no permite que las estaciones del sistema de Trasmilenio puedan tener el espacio y  la capacidad de recibir y movilizar el volumen de pasajeros en las horas de mayor transito colapsando a diario el sistema y haciéndolo inviable e insufrible.

Pero como durante mucho tiempo Trasmilenio fue un gran ejemplo mundial de eficiencia de pasajeros-sentido superior a  muchos metros conocidos, ¿por qué no construir un súper Trasmilenio bajo tierra con las ventajas del metro subterráneo y con la versatilidad de los buses biarticulados? Tenemos la tecnología y la ingeniería para reinventar una vez más la forma de movilizarnos, solucionando la movilidad de la ciudad pero aún más importante organizando la ciudad para crecer en altura. Aún podemos romper el paradigma que la única solución posible tiene que ser un tren sobre rieles como en el siglo XIX


La renovación de la avenida caracas requiere demoler las manzanas del perfil occidental para tener espacio suficiente para dar paso a un gran parque lineal de 10 kilómetros de longitud, similar al Parque del Virrey, pero de grandes proporciones’ un paseo con árboles, plazas, ciclo rutas, grandes rascacielos de 50 y más pisos en la superficie, mientras subterráneamente articulamos autopistas, El Súper Trasmilenio con estaciones, comercio y grandes zonas de parqueaderos. Como una gran “maquina” de movilidad multimodal subterránea tipo sótano desde el monumento Los Héroes hasta la Hortua.


El  urbanismo actual es desarrollado por ‘capas’ liberando espacio público en superficie al enterrar las vías vehiculares, un gran ejemplo es “the big dig” en Boston donde demolieron una autopista de segundo piso de 12 kilómetros para enterrarla y así  crear más de 1 millón de metros cuadrados de parques y espacios libres. Otro buen ejemplo para aprender es el “Down town” o centro subterráneo de Montreal donde las condiciones climáticas del invierno obligan a crear  una ciudad subterránea con las estaciones con centros comerciales y todo lo que requiere un espacio público de calidad.

En Colombia hay ejemplos como el Parque del Rio en Medellín que actualmente en construcción y en Cali el Proyecto sobre el rio  que de igual manera se construye la vía subterránea para crear espacio público peatonal en la superficie; en Bogotá tenemos tímidos ejemplos como el la estación subterránea del centro internacional o el parque bicentenario todavía en obra. Sí queremos una Bogotá de rascacielos hay que si o si liberar y organizar el espacio publico de manera planeada y diseñada.

Esta es una gran oportunidad para que toda la sociedad trabaje y se encamine en un gran propósito llamado “Paseo Reconciliación”, un proyecto que nos permitiría dejar atrás el pasado, la guerra y la polarización. Es hora de entrar en una nueva etapa de nuestra historia, Una etapa que trabajando y construyendo todos la nueva capital que los colombianos queremos sentirnos orgullosos de tener.

 Es momento de demostrar como  colombianos nuestra capacidad creativa para
generar soluciones novedosas,  eficientes e inteligentes. Que no nos de miedo pensar en grande; una vez los campos de Paris, las pirámides de Egipto y Dubái en el desierto fueron ideas que se pensaban imposibles y hoy son ejemplos extraordinarios.

Un proyecto de esta envergadura requiere de toda la decisión política y económica de la ciudad, el país, el sector privado y la sociedad completa; porque solo a través de grandes obras es como las sociedades se reconcilian, construyen su sentido de nación y dejan su huella en la historia.

Nota: Aunque suene ridículo, Pardo y Peñalosa deberían hacer un plan de gobierno de ocho años y lanzar una moneda para ver quien va primero.

@DonQuestion







lunes, 16 de febrero de 2015

Bogotá y un acuerdo sobre lo fundamental


Bogotá se encuentra sumida en una de sus crisis más profundas; el caos en movilidad , la perdida de la cultura ciudadana,  la falta de desarrollo urbano y de planeación estratégica a largo plazo parece cosa de ayer. Ahora estamos sumidos al vaivén del capricho personal del gobernante para satisfacer las ansias personales  de poder y de dinero.

Pero es bien sabido que de las crisis más profundas, surgen las mejores oportunidades para transformarse; oportunidades para poder proyectar a largo y mediano plazo la ciudad y así dar soluciones reales a los problemas y retos que significa gobernar y administrar una ciudad, es decir, hacer ciudad.

Los puntos que a continuación expongo deberían ser las directrices de las administraciones entrantes independientemente de la ideología del alcalde de turno, directrices a largo plazo que permitan hacer una planeación urbana técnica para así estar en capacidad de incorporar los 4 millones de habitantes que se esperan para los próximos 20 años y poder proyectar los próximos 50 años de la ciudad.

1. Incorporar los municipios aledaños a Bogotá a un plan de ordenamiento territorial conjunto para que a través del congreso se logren gestionar las leyes pertinentes para crear un proyecto de Ciudad-Región:

El primer aspecto urbano por naturaleza es donde y como va a crecer la ciudad; La falta de tierra en el distrito capital es la prueba del rezago de Bogotá, la región y la nación en este tema. En la actualidad cada municipio limítrofe con la ciudad tiene su propio plan de ordenamiento territorial que funcionan como ruedas sueltas y no como engranajes concertados y coordinados.

Esta realidad es probablemente la más urgente a resolver en términos de planeación y al mismo tiempo la más invisible en términos políticos, por eso un verdadero líder que quiera gobernar Bogotá debe trabajar para que la bancada del congreso de Bogotá, independientemente del partido, gestionen las leyes que permitan desarrollar proyectos concertados en términos tan importantes para la región en infraestructura, vivienda, medio ambiente. Bogotá debe pensarse como una megalópolis aunque en Colombia nos cueste tanto pensar en grande.

2. Descontaminar el rio Bogotá y convertirlo en un parque longitudinal de carácter regional que articule la ciudad y los municipios aledaños.

Ninguna ciudad que se pretenda competitiva puede permitir que su fuente hídrica principal sea una de las más contaminadas del mundo. No solo es una cuestión de básica sanidad, es sobre todo la incapacidad de valorar la importancia y el potencial urbano que tiene este rio para la región.
pero como siempre de las peores situaciones suelen surgir las mejores soluciones, imaginar que un día este puede ser un parque con un rio limpio, con infraestructura y equipamientos metropolitanos, con grandes áreas de vivienda planeada y soluciones inteligentes de trasporte y movilidad, convirtiéndose en un eje verde estructurador de la planeación y el crecimiento. Y no una cloaca olvidada a la que todo el mundo le da la espalda.

3. Hacer una profunda renovación urbana sobre la avenida Caracas construyendo una vía de carácter monumental con urbanismo para el siglo XXI desde la Hortua hasta el barrio El Polo junto con las manzanas del perfil occidental el cual yo llamaría “Paseo Reconciliación”.

Toda gran ciudad tiene una gran avenida y Bogotá carece de una; la avenida 9 mayo en Buenos Aires, la avenida Paulista en Sao Paulo, los Campos Elíseos en París entre muchos ejemplos que se podrían citar. Bogotá debe aprovechar este momento para proponer ideas nuevas en urbanismo como lo han hecho cada una de estas ciudades en su momento, soluciones más eficientes y creativas que enterrar en el subsuelo por capricho 18 billones de pesos en una solución  del siglo antepasado.

Renovar la caracas comprando las dos manzanas del perfil occidental al lo largo de su recorrido entre la Hortua y los héroes, que están en evidente estado de deterioro y son una cicatriz urbana que perdura del desastre que fue la troncal Caracas de la administración Pastrana, para crear un paseo verde con niveles, un urbanismo por capas. Donde el nivel superior  sería como el conocido parque lineal del virrey, pero este parque con un perfil de 100 metros de ancho, un nivel mas abajo tipo sótano las vía para autos particulares y un nivel mas abajo el metro, trasmilenio acompañado de centros comerciales y parqueaderos subterráneos ayudando a pagar las obra junto con el dinero de la gestión inmobiliaria que producirían poder construir  torres de cuarenta  pisos . Sí Bogotá quiere figurar en el panorama internacional como una gran ciudad debería concentrarse en crear un urbanismo para el año 2.050, multimodal y multiniveles. Si! Bogotá tiene la oportunidad de inventarse y hacer realidad el parque urbano con autopista subterránea, metro y torres de cuarenta pisos más largo del mundo.
Este sueño llamado Paseo Reconciliación no solo sería orgullo de los bogotanos, sería orgullo de todos los colombianos.

4.  Aprovechar el verdadero potencial de los cerros orientales para convertirlo en el mejor parque urbano del mundo.

Uno de los problemas estructurales con más rezagado que tiene Bogotá es la falta de espacios públicos y de espacios libres; es difícil encontrar un parque y a los que llamamos parque tienen un tamaño risible. Pero bastaría con dejar de ver los cerros de lejos e ir y apropiarse de ellos para cambiar radicalmente el pobre índice que hoy sufre la ciudad.

Pensar que a pocas cuadras de la carrera séptima existe bosques, paramos, manantiales que con una infraestructura pertinente y respetuosa con la naturaleza permitirían que todos los bogotanos hombres, mujeres, niños y adultos mayores disfrutemos de un atardecer bogotano desde sus cerros.
Un metro cable como en el parque Arví a lo largo de los cerros de sur a norte con estaciones turísticas y miradores en los lugares clave de los cerros sin duda serían una fantástica atracción turística así como un santuario de la naturaleza para gozo de los ciudadanos.

Estas cuatro ideas y planteamientos nacen desde el conocimiento de la ciudad, del conocimiento de sus problemas, recursos, posibilidades y potencialidades, con base en criterios técnicos como debe ser la planeación de  una ciudad; una planeación concertada, libre de ideologías y pensada a largo plazo. Debemos comenzar a exigir que a Bogotá la dirijan técnicos y urbanistas y no políticos sin importar sí son de derecha o de izquierda, no mas políticos!.

Bogotá necesita hace mucho tiempo un acuerdo sobre lo fundamental para la planeación de la ciudad, para identificar  y estructurar los temas más importantes a largo plazo en cuanto a crecimiento, movilidad, trasporte, estructura verde, vivienda, infraestructura etc.

Los bogotanos nacidos y acogidos no podemos seguir creyendo en discursos populistas, incendiarios e irreales a los que nos han acostumbrado los últimos alcaldes de izquierda; No lo digo descalificando la ideología de izquierda sino a sus representantes.  Esperemos que en estas próximas elecciones elijamos un verdadero plan de gobierno y no una sarta de promesas mentirosas que han llevado a la ciudad a la penosa situación actual.

Tenemos el ingenio, la creatividad, la capacidad y los recursos para reinventar la ciudad con propuestas nuevas y eficientes. Pero sólo votando y eligiendo a conciencia y con criterio podremos volver a retomar el rumbo de la ciudad.

@DonQuestion


martes, 16 de septiembre de 2014

De frente a Moserrate, de espalda a sus cerros.

De frente a Monserrate, de espalda a sus cerros.



Los bogotanos siempre hemos anhelado tener un verdadero parque metropolitano digno de una gran ciudad, miramos con envidia los ejemplos mundiales ampliamente reconocidos como Central Park en Nueva York o Hyde Park en Londres; anhelamos esa posibilidad maravillosa de poder escapar de la ciudad dentro de la misma ciudad. Los bogotanos sentimos que el parque Simón Bolívar aunque es un gran parque no es realmente digno de una verdadera metrópoli.

Y es una preocupación real que la ciudad debe poner como prioridad el índice de espacio público y de parques por habitante que es uno de los  mas bajos del mundo a un punto casi penoso. La ciudad necesita urgentemente enfrentar este problema sí quiere mejorar la calidad de vida sustancialmente. Quisiéramos haber planificado mejor la ciudad y evitar desde el comienzo esta carencia pero nos sentimos mas bien resignados a que así sea. Pero tal vez y solo tal vez, simplemente le estemos dando la espalda al más maravilloso y envidiable recurso natural urbano que puede tener cualquier ciudad en el mundo, si!. De pronto simplemente basta con dejar de mirar los cerros e ir a ellos.

Los cerros constituyen la identidad de Bogotá por donde se le mire, son admirados por todos los ciudadanos y hacen parte del “skyline” de la ciudad; que mejor referencia de Bogotá que Monserrate y Guadalupe? Difícilmente hay algo más bogotano que sus cerros. Pero a diferencia de lo que creemos, no nos hemos realmente apropiado de ellos. Nos los conocemos, no los disfrutamos, simplemente los miramos.  

Los bogotanos, a diferencia de los muchos extranjeros que han decidido vivir en Bogotá entre otras cosas por sus cerros, no sabemos que corren manantiales de agua cristalina y pura en cascadas maravillosas de la cual inclusive sin miedo se puede beber su agua, yo lo hago desde niño y no conozco agua mas fresca helada que la de esos manantiales en sus nacimientos; No sabemos que es un paraíso de vida silvestre donde aun podemos encontrar especies endémicas de tigrillos y también osos de anteojos; Llenos de bosques de pinos, de eucaliptos y de frailejones con el aire puro; no sabemos que a  pocas cuadras de la carrera 7 tenemos un tesoro natural al cual podríamos escaparnos para revitalizar nuestras vidas con la energía de la naturaleza es su estado mas prístino.

Tenemos la oportunidad de tener el mejor parque urbano del mundo y la obligación de dejárselo a nuestros hijos. El miedo con el que crecimos los bogotanos de disfrutar nuestros cerros debe quedar atrás, y en adelante procurar un presente donde todos los niños, jóvenes, padres, adultos y mayores puedan apropiárselos con una infraestructura armónica con la naturaleza: con senderos, equipamientos, seguridad  etc.  El problema, como en todo diseño, no es sí se intervienen o no nuestros cerros, sino como debe ser ésta intervención.

Soñemos que un día no lejano podremos disfrutar a plenitud este paraíso desde Usme hasta lo más lejano de Usaquén, Y desde este parque, que cualquier ciudad en el mundo envidiaría, podamos contemplar las puestas de sol  que nos suele regalar nuestra amada Bogotá.  

@DonQuestion